jueves, 9 de mayo de 2013

EN UN VERDE LEJANO LUGAR



El día amaneció hermoso, era sábado, cerca del mediodía. Rosario con Zoilo y el pequeño Benjamín, habían ido a la iglesia a esperar allí la ceremonia. En casa de sus patrones, Clara ya lucía su vestido de novia y estaba muy hermosa con la ayuda en peinado y maquillaje por  Jacinta y por la señora.

La joven estaba muy consciente que daría un paso que cambiaría su vida. Lo había pensado mucho como para estar segura que esa decisión sería sin vuelta atrás y para siempre, así eran las cosas, así las había asimilado con la prédica de su amada abuela  y mamá.  En menos de media hora, el señor Azurin quien oficiaría de padrino, la llevaría en su coche, hacia el encuentro con su prometido ante el altar. Rosario sería la madrina de la boda.

El chico mayor de los dueños de casa, entró trayendo una carta que acababa de entregarle el cartero y estaba dirigida a Clara García. La destinataria, a quien el nerviosismo del momento no permitió sorprenderse, abrío con cierta dificultad el sobre y comenzó a leer en silencio :

Buenos Aires, ….de……de 192……
Apreciada amiga:
Tengo el gusto y la alegría de escribirte estas líneas para informarte que en el próximo mes visitaré San Martín de los Andes representando a una casa mayorista de artículos de almacén de Bahía Blanca; como corredor de comercio visitaré esa localidad mensualmente, lo cual me anima a decirte que con inmenso placer reanudaré mi trato y amistad contigo y con tu respetada abuela…

La misiva continuaba. Clara, que ya presentía quién era el remitente, bajó sus ojos a la firma y cuando leyó: Amir, se nubló su vista, se aflojaron sus piernas y cayó sobre la alfombra del living de sus generosos patrones.

Puede bien decirse que aquí concluye este relato y así es; solo cabe agregar a manera de epílogo que, Clara y Julio concretaron su casamiento ese día; tuvieron tres hijos, dos varones y una mujer. Rosario cinco años más tarde se trasladó a vivir en casa de su nieta dejando la Veguita al cuidado y trabajo de Jacinta y Zoilo, los que tuvieron una prole numerosa de media docena de sanos y hermosos niños: tres varones y tres mujeres.
 Amir, efectivamente comenzó a visitar el pueblo como viajante de comercio, aunque no fue al mes siguiente sino al año siguiente. Cabe aclarar que nunca volvieron a encontrarse él y Clara pues ella cuidó muy bien de no hacerlo.
_____________________________________________________________Fin
(Relato propio iniciado el día 16/6/11 bajo el título provisorio de "Pasión Campesina", y finaliza con esta entrada.Los hechos y personajes de este relato son ficticios, solamente es real la referencia a lugares donde se sitúa la historia.)

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