viernes, 12 de agosto de 2016

LA PRINCESA DEL AZAR

Alejamiento

Cuando Aurora llegó, a media tarde, Esteban terminaba de almorzar. Como siempre dado que su trabajo en El Azar lo mantenía ocupado hasta muy avanzada la madrugada, dormía hasta tarde y almorzaba después de despertar y darse una ducha. Ella se sentó a la mesa y hablaron de cosas sin importancia antes de entrar en el tema crucial. Cuando le pareció oportuno Aurora le planteó su intención de separarse un tiempo para tomar distancia de su actual situación y decidir con serenidad una determinación respecto a la propuesta de Bernardo. Lo primero que le preguntó Esteban era si en ese tiempo seguiría cubriendo por las noches tu trabajo presencial en la casa de juego.  Como él no se lo preguntó,    dedujo que  el hombre daba por hecho que ella iría a vivir a otro departamento. 

Después su socio y pareja con el habitual estilo calmado y convincente le habló de la conveniencia  de que hiciera un trato con “el estanciero” a la manera del que había entre ellos en El Azar, esto era un setenta por ciento pertenecía al hombre y el treinta a ella. Esteban fundamentó su consejo en la forma de muchos apostadores de ruleta que lo hacen a dos o más números;  ella debiera apostar a las dos opciones seguir como socia suya en la casa de juegos y hacer un contrato equivalente como mujer del estanciero.
Aurora se sintió muy defraudada, muy dolida. Era como que él la trataba como a una simple busca fortunas por no pensar en algo peor. Entonces tratando de no mostrar su desazón le manifestó que su alejamiento sería tanto de la convivencia como de su rol nocturno en El Azar. El hombre salió de su calma habitual y manifestó su enojo. Anticipándose al pedido que seguiría de parte de ella le dijo que no estaba en condiciones de entregarle su parte de la sociedad y por añadidura remató diciéndole que al no asistir ella a sus tareas, tendría que poner a otra persona y deducir ese sueldo de su parte en la sociedad.

A esa altura, terminaron ambos molestos, ella precisó en tres meses el tiempo que se tomaría para tomar una determinación y la respuesta de Esteban fue:
-Entonces, Amanda, de acuerdo a tu proposición, lo que te puedo decir es que si al final de ese plazo, decides dejar nuestra sociedad, recién entonces veré la forma de entregarte tu parte.
-¿Y mientras tanto? –Preguntó Aurora - ¿Con qué recursos se supone que voy a vivir? (Continuará)

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Los hechos y personajes de este relato son ficticios. Prohibido la copia y uso parcial o total de este relato.--

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