miércoles, 1 de junio de 2022

Un cuento breve: que escribí en 2019 "Mi voz interior"

"Mi voz interior" , por Carlos Buganem Siguiendo mi voz interior, que me avisó del inminente peligro, Agaché el cuerpo bruscamente pegando mi cabeza al cuello del caballo y la rama pasó rosando apenas mis hombros. Ser un experimentado jinete es una cosa y huir a caballo en toda la furia, en la oscuridad de la noche por el bosque, es otra. Me urgía poner distancia de mis perseguidores, pues acababa de escapar de un cautiverio, después de varios días de estar en poder de los Caporaldo, Perteneciendo yo a los Montalba, no debí enamorarme de una joven que resultó ser hija de uno de ellos. Nuestras familias, ambas afincadas en la comarca desde hacía varias generaciones , competían entre sí por las tierras colindante y se las disputaban, como se disputaban el ganado, la madera y todo o que pudiera tener valor de venta en los poblados vecinos. Dos antepasados, uno de cada familia, se habían batido a duelo de facones en mil novecientos treinta y ambos habían muerto. Era frecuente entre grupos de una y otra familia, tomarse a golpes de puños, con palos, piedras y enfrentarnos en batallas campales; sin muertos pero si con numerosos contusos y heridos por golpes de rebenques, látigos, palos o piedrazos. Por la misma época del año anterior, cuando estaban florecidos los notros, había conocido en el poblado cercano, a una joven sin saber que era hija de uno de los Caporaldo, simpatizamos y nos volvimos a ver cada nueva luna cuando nuestras familias, en caravana, bajában al poblado por provisiones. Lo nuestro era casi un noviazgo cuando mi prima Esnelda me advirtió que se comentaba en la proveeduría, que era a la vez fonda, posada, botica, tienda y talabartería, porque vendían de todo, que Gerónimo Caporaldo padre de Belinda, estaba jurando matarme y mandar a mi enamorada como pupila al convento de una población muy lejana, al oeste, detrás de las altas montañas. Mi familia se alertó y no me dejaban ni a sol ni a sombra. Pero los árboles del bosque tenían ojos y oídos de esa tribu odiosa de los Caporaldo…Se ve que siguieron mis pasos de día y de noche. Porque fue volviendo de un encuentro con Belinda quien me dijo llorando que al día siguiente la llevaría, al otro lado de las altas montañas, cuando nos capturaron a mi y a mis dos compañeros. Aparecieron de entre los árboles en un recodo de la picada y se nos echaron encima, yo ligué algunos golpes de rebenque pero los más lastimados fueron mis guardianes, a ellos les pegaron y los liberaron para que se fuesen a pie. En cuanto a mi, me tuvieron ocho días cautivo en una choza aislada, al cuidado de dos de sus perros de presa, bastante brutos y faltos de disciplina. Estudié su forma de manejarse, dónde tenían los caballos, las horas de comida y de descanso, y como les gustaba beber, cuando uno de ellos dormía su borrachera, en un descuido del otro, le partí una banca de chacay en la piojosa cabeza, me monté a su mejor caballo y escapé en toda la furia. Si mi voz interior no me lo hubiese avisado, al día siguiente me habrían encontrado desmayado o muerto, tal vez decapitado por esa rama de raulí y los Caporaldo habrían festejado nuestra desgracia por varias lunas. Pero habiéndome liberado y estando sano y salvo; mi gente, mi tribu me vengará mientras yo, mañana mismo, con una cuadrilla de acompañantes iniciaré el camino hacia el oeste, cruzaremos la cordillera en búsqueda de mi amada Belinda, de ser necesario nos radicaremos allá para vivir en paz nuestro amor, lejos de esta lucha, de este odio que lleva ya varias generaciones. Por suerte está avanzada la primavera, es época de floración de los Notros; eso nos permitirá cruzar con facilidad el paso Ipela hacia el otro lado. Este es mi testimonio para que quien escuche mi historia nunca desoiga los avisos que muchas veces nos da esa voz interior que todos los humanos llevamos con nosotros. Comentarios y devoluciones; De mi estimadísimo amigo Cacho Carucci: "Me gustó, situaciones similares de Montescos y Capuletos se dan en esta vida y seguramente en las venideras. Para muchos de la religión que sean, ESA VOZ, PERTENECE A NUESTRO GUÍA, ÁNGEL CUSTODIO O MADRE O PADRE QUE NOS PROTEGE DESDE LA CUARTA DIMENSIÓN Y QUE REPETIREMOS NOSOTROS CUANDO MARCHEMOS A CASA AL,PLANO METAFÍSICO LUEGO DE DEJAR EL VEHÍCULO QUE NOS PERMITIÓ CURSAR OTRA ETAPA EN LA TIERRA RUMBO A LA SANTIDAD.