sábado, 22 de septiembre de 2012

"En un verde lejano lugar" relato propio, antes titulado "pasión campesina"




En su primer día de trabajo su estado de ánimo era complicado y cambiante; concurrían sensaciones de alegría, expectativa, nerviosismo, dudas, tristeza…No hubiese sabido definir con claridad sus sentimientos pero sí tenía claro que daba un paso tan importante que cambiaría la vída que había conocido, desde que tomara conciencia, bajo el amparo de su abuela. Al fin sería ella misma quien impulsaba su propia vida, sabiendo que estaba abriendo la puerta de su futuro.

Ese lunes bien temprano, antes del ordeñe de las vacas, todos la habían llevado en el sulky y acompañado así en el viaje a su primer día de trabajo.

En una valija que Rosario le había regalado, acomodó ropa para la semana. Ya su patrona le había anticipado que podría tomar franco desde el sábado al mediodía hasta el lunes tempranito, antes de las ocho.

Durante el trayecto de La Veguita al pueblo poco hablaron, cada tanto alguno de sus acompañante largaba una frase pero no surgió la conversación animada de otras veces.

Cuando llegaron, Clarita se despidió de de Jacinta y de Zoilo, bajó la primera y se dirigió hacia la casa de los Azurin conducida por Rosario que la guiaba con su brazo derecho sobre los hombros de la jovencita. Por un momento habrán pensado que Rosario no la soltaría y obligadamente la haría regresar con ella. Si así hubiera sido acaso en el alma de Clara habrían primado los afectos familiares, la tibieza del hogar, los temores por lo desconocido y hubiera regresado con los suyos a La Veguita…

Pero, no fue así…Después de saludar al matrimonio y decirles que ella garantizaba los dones de buena muchacha de su nieta, les dio la mano, los miró y dijo :-“Se las encargo.” Después abrazó a Clarita muy fuerte contra su corazón de madre y abuela , la separó con enorme y dolido esfuerzo y se volvió al sulky.

-Ya está. ¡Vámonos Zoilo!

Cuando el carruaje estaba a una cuadra del lugar la mujer abrazó a Jacinta y empezó a llorar con un llanto silencioso y tierno como una niña a quien hubieran despojado de su más querido juguete.
...................................................Continuará..............................................................
Los hechos y personajes de este relato son ficticios.


jueves, 13 de septiembre de 2012

"En un verde lejano lugar" relato propio, antes titulado "pasión campesina"




Cuando llegaron, la joven saltó del sulky y fue corriendo a darle la noticia a su abuela :¡Mamita! Ya tengo un trabajo. Y la abrazó.

Rosario no dijo nada, dejó el repasador y se sentó en el viejo sillón, que había sido de su esposo y que pasó a ocupar desde el duro momento en que enviudó. Por su mente habrán pasado en rápido recuento todos los difíciles años que venían a desembocar en este momento.



El domingo, todos fueron a misa. Esta vez Zoilo fue convencido por Doña Rosario con apoyo de Jacinta, para que entrara a la iglesia y escuchara las prédicas, cánticos y oraciones.

-Mirá que cuando entrés para casarte se puede llegar a caer algún santo. Le dijo la mujer.

Así que con menudo julepe y de la mano de su futura esposa, ese domingo fue como un ensayo de lo que sería en poco tiempo la concreción de su unión.

Clarita, que al igual que su hermana de crianza, había sido educada en la creencia, dio gracias a Dios por el logro de trabajo y rogó para que le fuera bien en lo que había decidido para sí y buscado con ahínco. Como siempre lo hacía recordó en sus rezos a su madre y pidió que su alma descansara en Paz.

Doña Rosario, como siempre lo hacía, oró por toda su familia, en especial por el hijo que tanto tiempo atrás había perdido pero, esta vez tenía especiales ruegos por sus protegidas; lo hizo con la intención que tanto la decisión de casarse de una, como el afán por trabajar de la otra, fuera para su bien y felicidad.

Cuando salieron, ya los esperaba al lado del sulky, firme en búsqueda de sus ya fraternales amigos, el joven Amir, para conversar un rato y anticipar el anuncio de su visita ya habitual de los domingos por la tarde. Esta vez la buena de Rosario los sorprendió con la invitación que le hizo al joven turquito, para que fuera a compartir con ellos el almuerzo.

Es de imaginar la alegría de Clarita ante esa actitud de su abuela, su madre sustituta y abuela…Su ser más querido…Su todo. (Continuará)

.....................................Los hechos y personajes de este relato son ficticios....................

viernes, 7 de septiembre de 2012

"En un verde lejano lugar" relato( Título anterior Pasión campesina.)




Con tantas tareas que le imponía su desición de unirse a Jacinta o, dicho de forma más romántica, su amor por Jacinta con quien pronto iniciaría la concreción de los sueños de ambos de un futuro juntos y a la manera y estilo de sus antecesores, la llegada de los hijos que vendrían a alegrarles la vida; el cansancio no mellaba el ánimo de Zoilo, futuro esposo y padre. Pero, como siempre,  suele haber peros... Lo que se le hacía poco era el tiempo, las horas de sol y eso que ya era noviembre, con días mucho más largos en horas de luz natural.

Por esa falta de tiempo para las tareas habituales, más las que implicaban sus preparativos de la vivienda, dejó de conducir el sulky en las salidas que, las tres mujeres de La Veguita,  hacían por las tardes al pueblo.  Doña Rosario , por supuesto, sabía conducir el carruaje, podría decirse me jor que Zoilo.

Pero la tarde del viernes en que va a ocurrir un hecho auspicioso para su nieta, se había quedado a preparar un pedido de pan casero. Clarita en sus recorridas por las casas de gente que pudiera darle trabajo, golpeó las manos en un chalet de una calle secundaria en las cercanías del lago.

Era una hermosa casa, ni tan pequeña ni demasiado grande,con paredes de madera lustrada y techo de tejuelas de alerce, rodeada de un cuidado jardín. Clara bajó del sulky, se acercó al portoncito y tiro de la cadena que hizo sonar una alegre campanita de bronce. En el buzón en forma de casita , también de madera muy lustrada, como si fuera una réplica diminuta de la casa, se leía familia Azurín.

Como siempre que llamaba a una puerta, la joven permaneció expectante y podía escuchar como latía con fuerza, su corazón.

La señora tenía acento español y una sonrisa que agradó a la jovencita. Le comentó que tenía dos niños, una nena y un varón de tres y cinco años había resuelto justamente en esos día, con su esposo,  tomar una chica con cama adentro para el cuidado y la atención de los niños. La citó para el día siguiente a fin que la conociera su esposo y para acordar la paga y demás detalles.

Clarita salió tan contenta que abrazó a Jacinta y le contó la buena noticia. Y así , con esa grata novedad partieron en seguida de regreso a La Veguita para darle la noticia a Rosario.
.................................................................Continuará.........................................................................
Los hechos y personajes del presente relato son ficticios.
Relato propio  en entregas semanales, iniciado el día 16/6/11.-