domingo, 26 de noviembre de 2023

UNA ODISEA POR SIR WILLIAMS

Una Odisea por Sir Williams un cuento de mi autoria (Carlos Buganem) Puede decirse que la odisea para Ashley Morris de Smithson comenzó cuando su esposo Barnaby Smithson recibió en herencia, de su tío paterno Williams Smithson, la mansión que llevaba el apellido familiar desde su construcción en 1598 Por un antepasado: James Smithson y ubicada en la ciudad de Stratford. También recibió el legado de una importante suma en libras esterlinas depositadas en el Britanish Bank de Londres. Ashley y Barnaby Smithson ya tenían un buen pasar en razón de contar con un ingreso por rentas de los bienes inmuebles heredados de su padre y que él administraba. La mujer, había manifestado su opinión de legítima esposa que sugería convertir todo el patrimonio heredado en libras contantes y sonantes subastando los muebles, piezas de arte, libros y demás objetos allí contenidos. Y, una vez vacía, vender también la vetusta Mansión. Mas su esposo, siendo el beneficiario directo, descartó de plano la idea de Ashley y se instaló en la Mansión Smithson con el propósito de revisar cada rincón, e inventariar cada obra de arte, cada libro de la profusa biblioteca. Esto, ante la alarma de su esposa, lo alejó del hogar como si ya no le importase otra cosa que desentrañar la oscura historia contenida en aquella vieja mansión. Gran parte del tiempo Barnaby lo pasaba en la biblioteca donde se encontraban las obras de los más importantes autores de Europa. Por supuesto estaban en un sector especial todas las obras del ilustre hijo de Stratford, William Shakespeare a quien el difunto tío había admirado, leído y releído sus obras y había dejado el manuscrito de un voluminoso ensayo que tituló: “Wiliams Shakespeare, la influencia de los personajes en la vida de su autor” Para Ashley no era una circunstancia feliz el cambio en la vida y costumbres de su esposo que trastocaron totalmente la organización familiar. En Londres quedaron ella y sus dos hijos en tanto que Barnaby prácticamente recluído vivía en la Mansión Smithson, en Stratford. El hombre, ajeno a la preocupación primero y fastidio después por parte de su esposa, se fue internando cada día más, en la vida del gran dramaturgo, como antes lo había hecho su tío Wiliams Ashley decidió dejar a su hijo Edward la administración de los bienes familiares en Londres y a su hija Vanessa el cuidado de su casa para mudarse a la Mansión Smithson a fin de recuperar su matrimonio aunque a esa altura la mansión ya le resultaba francamente odiosa. Pronto comprobó que Barnaby pasaba demasiado tiempo en la biblioteca y por las noches deambulaba por salas y galerías recitando como si hablara con Hamlet o con Ofelia. Una noche ella salió y le habló pensando que estaba sonámbulo pero Barnaby le respondió: - “Buenas noches…Pero no volváis al lecho de mi tío. Si carecéis de virtud, representadla al menos” La pobre mujer, no entendiendo a qué se refería, lo llamó por su nombre mas él se alejó diciendo: Ofelia…Hamlet escuchad al cómico: -“ Amor, como la suerte, es inconstante: Que en este mundo al fin nada hay eterno Y aun se ignora si él manda a la fortuna, O si ésta del amor sede al imperio.” Esa noche Ashley ya no pudo conciliar el sueño y al día siguiente partió de regreso a Londres para tratar el asunto con sus hijos y entre los tres decidir qué hacer para rescatar a Barnaby de su penoso estado. Decidieron que Edward y Vanessa fueran esta vez los que viajaran a Stratford a visitar al padre y comprobar por si mismos lo que les costaba creer del angustiado relato de su madre. Cuando por fin estuvieron ante Barnaby él se arrodilló exclamando : ¡Perdón, perdón perdón! – reiterando el pedido en tono cada vez más penoso… -¡Perdón, por qué, padre- Preguntaron asombrados. -Por haberos matado cuando estuvo en mi pluma darles un epílogo feliz a vuestras vidas…No debí hacerme partícipe de los odios de Montescos y Capuletos ni escribir tan confuso episodio, no debí urdir así la trama que llevaría a la muerte de ambos. Debí permitir que triunfara el amor en Verona. ¡Perdón dulce Julieta, Perdón noble Romeo! - Te perdono, pero ¿Quién eres?- le preguntó Vanessa procurando hacerlo con la voz más calma posible. - Soy Sir Williams Shakespeare – Respondió Barnaby. Debieron retirarlo de la Mansión por la fuerza y fue trasladado al Hospital de enfermos mentales de Stratford donde los ilustres psiquiatras del nosocomio le diagnosticaron demencia temporal disponiendo en acuerdo con la familia, su traslado a Londres para su internación. Barney llevó consigo el ensayo manuscrito de su tío Williams Smithson del cual no ha querido separarse en los ocho años que ya lleva internado, en el Hospital Real de Bethlem en el sur de Londres ; sin indicios de mejoría. 11/9/19

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