El atardecer se anunciaba con el sol iniciando el descenso que en un rato lo ocultaría detrás de la cordillera arbolada y resplandeciente de verdor renovado por la primavera. Los jóvenes estaban absortos en sus conversaciones y acaso no reparaban en el mundo que los rodeaba. La mujer mayor también estaba medio absorta en su tarea y medio atenta a aquellos. Ella se percató del atardecer que se aproximaba y como para ir cerrando la jornada dominguera, se acercó para invitarlos a entrar y tomar unos mates.
Antes que terminara la visita, Amir pidió permiso, a la dueña de casa, para visitarlos el domingo siguiente porque, dijo, en ellos encontraba el afecto que le recordaba su familia, allá en la lejana capital.
Rosarió bromeó, acerca del interés del joven por visitarlos pero, aceptó gustosa que los visitara y, mientras esto ocurría y el corazón de la nieta latía acelerado, disfrutaron los mates que preparó y sirvió Jacinta, acompañada de las miradas cariñosas de Zoilo. Por su lado Clarita sirvió pan casero tostado con manteca, también preparada por las laboriosas manos de la abuela , y sus jóvenes ayudantas. Verdaderos manjares, sencillos pero tan exquisitos, hechos con amor allí mismo en la pequeña posesión de Doña Rosario, con harina producida en los vecinos y rústicos molinos de una familia de buenos italianos que desde su patria de origen llegaron hasta aquí y brindaban el producto a sus vecinos.
Así, Doña informando, contando sus recuerdos y todos en la muy grata charla, pusieron sello a ese domingo.
Cuando Amir se dispuso a retirarse Clarita salió a despedirlo, hasta el jardín.
-Bueno, dijo él, nos veremos en la semana cuando vayan a comprar, eso espero.
Sí, dijo ella. Él le tendió la mano y quedaron mirándose un momento. Entonces Amir acercó su rostro al de la joven y la besó en la mejilla. Suavemente las manos se soltaron y ella permaneció un momento viendo como su amigo se alejaba y, ya en la tranquera se volvió y la saludó con el brazo en alto, antes de desaparecer detrás de unos pinos que bordeaban el camino.
............................................Continuará.............................................
Los hechos y personajes de este relato son ficticios.
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