"Ramos Generales" (1)
Tres cuartos de hora bastaron a Doña Rosario y a su ahijada para realizar esta tarea. Han regresado a la casa con una abundante producción de leche: la overa es una vaca mestiza, hija de toro criollo con vaca holandesa. Ha dado más de diez litros. Después de tomar unos mates y saborear una rica torta frita, de esas que cómo nadie sabe preparar Doña Rosario, Jacinta se dirige al dormitorio de Clarita, la nieta de la dueña de la finca. Desde el pasillo, elevando la voz la llama:- ¡Arriba, Clarita!
La jovencita ya se ha levantado y responde:- Ya estoy en pie, Jacinta.
Clarita está vestida, con su carita lavada y sus cabellos castaño oscuro prolijamente peinados recogidos en una colita que sujeta una cinta rosa. Jacinta repara en el vestido, el más nuevo de los pocos que componen el ajuar de su amiga y le pregunta si acaso va a una fiesta .
Clarita con cierto rubor le responde que ir hasta el almacén es su mayor y casi único esparcimiento. Muy raras veces tienen ocasión de asistir a fiestas o de salir simplemente; de vez en cuando han concurrido a los actos de las fiestas Patrias, en frente al Hotel Lacar.
Por eso, para Clarita es un acontecimiento cuando dos veces a la semana, ambas jóvenes, deben ir hasta el almacén de ramos generales en busca de lo necesario para la casa. Allí, el comerciante Salim, un árabe al que los vecinos llaman “el turco”, provee a los vecinos de La Vega de los insumos básicos para el sustento y otros rubros. Es un clásico almacén de Ramos Generales de campaña.
Jacinta mira a su amiga y sonríe con picardía, aquella se sonroja y niega con la cabeza. Es que ambas ya saben, porque se los contó el Zoilo que, hace pocos días, un sobrino del turco ha llegado desde Buenos Aires y le ayuda a su tío en el negocio. El forastero motivó una novedad para las jovencitas. Saben que las mujeres de la ciudad y los hombres y también , se visten muy distinto a como lo hace la gente del campo. Ellos pantalones angostos, camisas coloridas, reloj pulsera, pañuelito al cuello, chalequito y tiradores. Necesariamente han comparado con la indumentaria habitual de los hombres del campo. No menos elegante por cierto y en especial para las fiestas patrias o aniversario del pueblo, en que lucen su atuendo gauchesco compuesto de bombachas de buena tela, corralera al tono, camisa y pañuelo al cuello, rastra en la cintura y un buen sombrero. Pero, la novedad de tan distinto atuendo que viste el joven Amir, forzosamente despierta en las jóvenes la curiosidad de lo novedoso.
Cierto es, y entre ellas lo han conversado, ya que no tienen secretos entre sí, que ambas cuentan con sus pretendientes lugareños. En el caso de Jacinta es Zoilo quien aspira a ganarse su corazón; en cuanto a Clarita lo es un joven, hijo de los dueños de un campo cercano: Juan. Es el que le anda rondando los sentimientos. Claro que aunque Doña Rosario, que no tiene un pelo de sonsa, se ha dado cuenta y no interviene aun, no significa eso que avale esas situaciones ni mucho menos que lo considere noviazgo oficial ni nada por el estilo. ( Continuará)
Vista actual de La vega-imagen propia
(1) La imagen de la parte superior: "Ramos Generales" fue tomada del blog al que agradecemos. http://tapalqueneros.blogspot.com/2009_11_01_archive.html
Publicado por Carlos Buganem en 05:42 0 comentarios
Etiquetas: Narración propia
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