Poco movimiento hubo en el Baratillo esa mañana y ya pasado largamente el mediodía estaban por almorzar tío y sobrino. Para eso se turnaban a fin de no cerrar el negocio y mientras uno saboreaba la rica comida preparada por la Florinda, el otro atendía a los clientes y parroquianos. Pero el día venía flojito en clientes de modo que al escuchar el galope de un caballo, el comerciante se alegró.
El jinete ató el caballo en el palenque y se presentó pidiendo una copita de caña. Don Salim derivó en su sobrino la atención del cliente. Entonces Juan en una sola mirada sopesó a quien imaginaba como el causante del desaire de su pretendida. Vino a ratificar lo el turco quien le presentó a su sobrino como el nuevo dependiente de El Baratillo.
Juan vació de un trago la copita y pidió otra. Contuvo su molestia cuando le preguntó si pensaba afincarse en el pago. Luego, ante la respuesta afirmativa de Amir, continuó hablando y procurando ser cordial le advirtió al forastero sobre las inclemencias del invierno en la cordillera,
Y cuan distinto era la vida en la ciudad en especial al trasladarse de repente al campo…Todo en pocas palabras, con la parquedad típica del lugareño. Le hizo saber también, que muchos venidos de la ciudad no se habituaron y al poco tiempo se volvieron.
Ante la ratificación de Amir de su propósito de quedarse, el gaucho pidió su tercera copa de caña, la apuró y ya dispuesto a retirarse le advirtió al jovencito:
- Un consejo mocito, ya que piensa quedarse por acá…Ande con cuidado con las mozas! Algunas ya tienen compromiso. No se vaya a tirar a picaflor que lo pueden bajar de un toscaso.
Y con una carcajada antes de salir, cerró su presencia con un fuerte:
- ¡Hasta otro día!
Amir quedó perplejo por el tono de Juan y le preguntó a su tío qué habría querido decir el gaucho, a lo que el mayor contestó :- Barece está celoso Juan. Bienso que está abriendo baragua antes de lluvia. Y se rió.
Lo que menos se imaginó Amir es que el proceder de Juan respondía a celos por Clarita; es que él tampoco asoció al cliente con las dos jovencitas que estuvieron en el almacén esa misma mañana.-
(Continuará)