jueves, 22 de marzo de 2012

Pasión Campesina

                                         Obra : "Amanecer en el mallín chico" de Darío Mastrosimone.


Clarita entendió que no podía dejar de enfrentar el momento. Se armó de fuerzas y salió del dormitorio hacia la cocina. Cuando entró,  Juan se puso de pie. El corazón de ambos latía con fuerza aunque por distintos sentires.

-Buenas. Dijo la niña.
-Buenas tardes, Clarita. Dijo con voz algo tenue, el muchacho.
Doña Rosario habló para decirle que Juan había venido a pedir su mano con la intención de quedar reconocidos como novios.
Clarita permaneció en silencio, ambos jóvenes de pie; sólo la mujer mayor permaneció en su silla, con el mate en las manos.

Por fin la pretendida dijo:- Nos conocemos desde chicos…En la escuela jugábamos juntos y ahora somos vecinos y te reconozco como persona de bien, trabajador y correcto…Pero no somos ni tan siquiera amigos…Yo no pienso todavía en tomar el compromiso de ponerme de novia. Lo lamento mucho, Juan, pero no puedo aceptar.

El silencio reinó en la cocina. La joven miro a su abuela quien la aprobó con la vista y de igual modo le indicó sentarse a su lado y aquella lo hizo.
Juan, que permanecía de pie, dijo:
-Entonces, comprendo que no tengo esperanzas…Gracias por escucharme…

-La esperanza es lo último que se pierde, Juancito. Dijo Doña Rosario y agregó:-Siempre serás bienvenido

El joven agradeció las palabras de la dueña de casa, saludó a ambas y salió de la cocina con su sombrero en  mano, que se colocó no bien traspuso la puerta. Siguió hasta su caballo, montó  y se alejó al tranco. Todo el peso del universo parecía haberse depositado sobre sus espaldas. No podia pensar estaba aturdido como cuando una vez en la estancia lo tiró un potro arisco y casi lo desmaya. Pero este dolor era distinto y lo sentía por primera vez.
Mientras,  el caballo marchaba más por instinto  que guiado por el  jinete.
....................................................Continuará...............................................
Los hechos y personajes de este relato  son ficticios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario