Cuando Amir la saludó extendiendo
su mano, ella estaba colorada como una manzana y apenas pudo murmurar: “Buen
día” sin animarse a nombrar al joven.
De inmediato fue Doña Rosario quien
animó la charla preguntándole al muchacho por su tío y cómo andaban las
cosas en el negocio. La mujer no se había enterado del altercado que había provocado Juan, porque ni Jacinta ni Clara
se lo relataron.
Continuaron
conversando y admirando las bellezas del lago Lácar, donde siempre habían
lanchas y lanchones llegando o partiendo y sumando su movimiento al colorido
del lugar. Un grupo de chiquilines jugaba a la pelota en una parte de la playa
cercana al muelle. Mientras, hacia el otro sector más próximo a la desembocadura
del Pocahullo, un grupo de changadores chilenos descargaba tablas de un
lanchón parecido a un enorme bote de madera, pintado con brea, ese lanchón no tenía motor sino
que era remolcado por una lancha. Los hombres bajaban hábilmente por un grueso
tablón trayendo sobre sus hombros dos o tres tablas desde el navío
hasta un camión canadiense que estaba estacionado lo más cerquita posible, a
unos cinco metros del agua.
Mientras, Clarita no abría la boca, y los
que más conversaban eran Doña Rosario y Amir. Jacinta intentó apartarse para
hablar a solas con Zoilo, pero su amiga la retuvo tomándola de la mano, tanto
temor tenía de quedar a solas con Amir ; es que no sabría qué decirle.
En un momento Doña Rosario se
disculpó agregando : -Zoilo me va a llevar hasta un almacén para comprar
unos panes de sal para las vacas y otras cosas que necesito en la casa. Ustedes
conversen mientras y disfruten del paisaje. Volvemos en media horita más o
menos.
Jacinta hubiese querido ir para
no separarse de Zoilo, Clarita casi pide acompañar a su abuela, mas se dio
cuenta a tiempo que hacer eso hubiera sido una descortesía hacia Amir…¿O acaso
no lo hizo porque la emoción fuerte de hablar a solas con el joven le agradaba…?
Antes que partiera el sulky, Jacinta
propuso caminar hasta el almacén y allí reunirse con Zoilo y Rosario.
-Bueno, nos encontramos allá,
estaremos en Kraitman o en Elorriaga y Elguero.
Respondió Rosario.
Y mientras el carruaje se alejaba
hacia el centro del pueblo, por la calle principal, de tierra y con acequias
a ambos lados, los jóvenes se pusieron a caminar en la misma dirección, con el
paso lento de quienes gustan de caminar, mirando con curiosidad casas, gentes y negocios que no
eran su escenario de todos los días.
Clarita pensaba, para sí, cómo
abordaría con Amir el asunto de lo acontecido con Juan y dudaba si quedaría bien que ella sacara el tema si no lo hacía él.
....................................................Contnuará..............................................
Los hechos y personajes de este relato son ficticios.
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