Caminaron los tres juntos la
primera cuadra, pronto Jacinta comenzó a retrasarse para dejar que Clara y
Amir pudieran hablar entre ellos, sabía que Juan había partido hacia la estancia
y por ende no aparecería por allí con vaya a saber qué planteo.
Después, se detuvo para admirar
el parque y las flores que rodeaban una casa. Mientras, la parejita caminaba a
paso lento bajo el sol del mediodía primaveral, hablando muy poco ella y
conversando con facilidad él, quien ya sabemos tiene el don de la palabra fluída y
amena; mucho más cuando se encuentra a gusto, como ocurría en estos momentos. Le
contaba Amir de una carta de su madre , con noticias de su familia en Buenos
Aires y se encendía su rostro con una amplia y tierna sonrisa que emocionó a Clarita.
Luego, notando su mutismo, él le preguntó si se encontraba bien y la respuesta
fue:- Sí, muy bien. Y calló de nuevo. Entonces él joven le dijo que no quería
ser él sólo quien hablara y le consultó si no tenía ella nada que contarle. Clarita se alarmó, su corazón dio un salto, pensando que Amir le estaba dando pie
para que hablara de Juan. Fuese por intuición o porque la luz se hizo en su emocionado pensamiento, ella
respondió:- Sí, tengo algo para contarte… Y es muy importante para mí. Voy a
trabajar.
-Qué bien, ¿Y, dónde?
-Todavía no lo sé. Estoy buscando
trabajo…
A partir de allí la conversación
se hizo más animada entre ambos. Clarita
le relató cómo había tenido que convencer a su abuela y las salidas por las
tardes en esa búsqueda.
Jacinta, a distancia los
acompañaba y se había adelantado varios metros, se detuvo a contemplar en el
ventanal de una tienda las telas de varios colores, otras estampadas y un bonito vestido acondicionado en un
maniquí de modista, esos sin brazos ni cabeza y de un solo pie… Pensó si acaso
ella tendría alguna vez un vestido como ese, hecho por una modista
especialmente y a su gusto y talle… No supo responderse y prefirió seguir
caminado, antes buscó con la vista a sus compañeros de paseo y viendo que se
habían detenido a su vez, los llamó:
¡Eh, Clarita! Vamos… La mamíta ya debe estar esperándonos…
Clarita respondió: ¡Sí,
vamos! Y dirigiéndose a su acompañante
agregó: Vamos, Amir…
ÉL le dijo entonces: Quisiera
visitarte esta tarde.
........................................Continuará..................................................
Los hechos y personajes de este relato son ficticios.
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