jueves, 25 de abril de 2013

EN UN VERDE LEJANO LUGAR



Dos años habían pasado desde la partida de Amir. Clarita lo recordaba como una tierna ilusión que se había desvanecido en  la realidad de los avatares que la vida le presenta a las personas. Un día supieron que Juan había regresado para hacerse cargo de los animales de su padre, quien por su avanzada edad y su salud bastante deteriorada, necesitaba la ayuda del hijo. El joven comenzó a hacerse ver; con esporádicas visitas a La Veguita para restablecer el trato con quienes conociera desde niño: Rosario, Jacinta, Zoilo…No sabemos si casualmente o a propósito, sus visitas las hacía en días de semana o en sábados, de modo que no se encontraba con Clarita. Hasta que un domingo, por septiembre, apareció, de paso hacia el pueblo.
Necesariamente compartieron la charla y el mate. Hubo miradas de Juan que Clara no siempre pudo evitar y algo, como inquietante, sacudió de la modorra el corazón de la joven.
Después de ese día, las visitas en domingo se repitieron de tanto en tanto y, para las fiestas de fin de año, se encontraron en los festejos en el pueblo. Conversaron y Juan tuvo el tino de no hablar de sus sentimientos hacia ella; pero, en su mente, algo le decía que si lo intentaba, esta vez sería aceptado, al menos para iniciar una amistad con aquella en cuyo amor seguía soñando.

Pasó otro año. La amistad  se había concretado, y Juan volvió a proponerle  noviazgo. Por entonces los Azurin le dieron trabajo a ella en la casa de comercio de ramos generales y Clarita, así como fuera eficiente niñera y empleada doméstica, aprendió los secretos del comercio, la atención a los clientes y se transformó en una   muy buena vendedora.
Además y  como no podía ser de otro modo, sus patrones le tenían un especial afecto y confianza.

Y sobrevino el conflicto entre los recientes novios cuando sus conversaciones llegaron al punto  donde él le propuso  planificar su futuro y la joven dejó en claro que de ningún modo dejaría su empleo en el comercio de los Azurin para ir a vivir en la casita que Juan se proponía levantar en el campo de su padre. Allí fue que, a poco andar, esta ilusión se desvaneció por impero de una realidad que pudo más.
Juan volvió al trabajo duro del campo, para no dejarse ganar por el desánimo y, por su parte Clara, centró su afán en ser cada día una mejor empleada. (Continuará)

 (Relato propio iniciado el día 16/6/11 bajo el título provisorio de "Pasión Campesina". Los hechos y personajes de este relato son ficticios, solamente es real la referencia a lugares donde se sitúa 
la historia.)

jueves, 18 de abril de 2013

EN UN VERDE LEJANO LUGAR







Como sucede después de cada acontecimiento importante, pasado el impacto, atenuadas las emociones, poco a poco la vida fue retomando su curso habitual para la familia de Rosario, pero ello no sin que todos hubieran asimilado los cambios de sus propias experiencias.


Cada tres o cuatro meses llegaba una carta de Amir, siempre nostálgico de los días vividos en La Vega Maipú; Clara no le escribía y sólo por intermedio de su abuela agradecía y retribuía los saludos de su amigo de la ciudad.

Pasó el año y con el transcurso de las estaciones, cada uno con sus características que ofrecían paisajes distintos entre sí pero todos de singular belleza y, en ese escenario las vidas fueron transcurriendo: Jacinta y Zoilo anunciaron en junio que estaban esperando el hijo, lo que llenó de alegría a toda la familia.

Rosario le replicó:- O una niña; se sabrá cuando nazca. ¿Por qué siempre dice que esperan un hijo? O es que la mujeres valemos menos. Y ahí no más le apostó a Zoilo que sería niña.

-¿Y qué apostamos?- Preguntó el futuro padre.

-Un almuerzo, un pollo al horno con papas y ensalada

-¡Hecho! Dijo el orgulloso joven mientras Jacinta reía de buena gana.

El niño nació en octubre y lo llamaron Benjamín.

En una carta, recibida en esos días, Amir anunció su intención de visitarlos para fin de año. Rosario no se lo dijo a Clarita por temor de que la visita no se concretara. Fue mejor así, porque pasó el fin de año, comenzó el nuevo año, y el joven no apareció.

Juan no había vuelto a visitar La Veguita, tampoco supieron que hubiera visitado a sus padres; Zoilo se enteró que el joven seguía amansando potros en distintas estancias.
.................................................Continuará..................................................
(Relato propio iniciado el día 16/6/11 bajo el título provisorio de "Pasión Campesina".
Los hechos y personajes de este relato son ficticios, solamente es real la referencia a lugares

donde se sitúa la historia.)

jueves, 11 de abril de 2013

EN UN VERDE LEJANO LUGAR


"Niña": óleo sobre lienzo, autor Raúl Soldi.


Llegados a la casa, tomaron unos mates y en seguida se fueron a dormir, con la promesa de que al otro día la viajera les contaría todo lo que había visto en su viaje a la costa.-




Rosario se levantó temprano, igual que lo hacía los días de semana, encendió el fuego y preparó el mate, estaba ansiosa por escuchar las contadas de su nieta. Recién a media mañana aparecieron Zoilo y Jacinta con una fuente de tortas fritas y al rato apareció Clarita.

-Descansó, m’hijita.

Le preguntó la feliz abuela al recibirla con un montón de besos y caricias y, como la jovencita respondiera que sí, la abuela le dijo que estaban esperando para escucharla. Así que todos, una vez más alrededor de la antigua mesa de la cocina, se aprestaron a pasar un domingo muy especial disfrutando del mate y las tortas y sobre todo, para escuchar a la improvisada cronista de viajes.

No sabía, Clarita, por dónde empezar y al fin se decidió por contar como pudo, que lo más impresionante para ella fue ver la inmensidad del mar, que se perdía allá donde llegaba la vista y en una fina línea se unían agua y cielo.

-El agua de mar llega a ser amarga de tan salada…Dijo la joven y entonces Rosarió saltó:

-No, si yo siempre digo que no hay como el agua de nuestro Lacar y de los arroyos frescos y sus aguas puras.

También las tierras llanas habían asombrado a Clarita, allí el horizonte se alejaba porque no había cerros cubiertos de árboles sino montes bajos y pastos amarillentos resistiendo

en la sequedad de la tierra.

La locuacidad de la nieta, que tenía tanto para contar, hizo que Rosario sintiera con alivio que la tristeza había desaparecido de sus ojos. Cuando la jovencita callaba, la mujer le buscaba conversación temiendo que al estar allí, recordara otros domingos pasados, cuando las visitaba Amir.

Había conocido gente amiga de sus patrones, comidas elaboradas con pescados y mariscos; había conocido otras aves y los enormes lobos de mar… Todo un mundo antes desconocido, había descubierto en ese increíble viaje y ahora lo relataba a su familia.

Después Rosario y Zoilo comenzaron a trajinar para hacer un asadito y entonces las dos jóvenes tuvieron ocasión de hablar a solas, Jacinta le contó de su nueva vida ahora junto a Zoilo, los cambios, su papel de esposa y la felicidad compartida con su hombre.

Así fue que el domingo transcurrió muy entretenidamente para los cuatro.

Sólo al caer la noche, la joven viajera se sintió algo triste y con alivio pensó que al día siguiente volvería con sus patrones y estría entretenida en su trabajo, alejando así ciertos recuerdos. (Continuará)

(Relato propio iniciado el día 16/6/11 bajo el título provisorio de "Pasión Campesina". Los hechos y personajes de este relato son ficticios, solamente es real la referencia a lugares donde se sitúa la historia.)

domingo, 7 de abril de 2013

"En un verde lejano lugar"


                                                la imagen corresponde a: acrobatadelcamino.blogspot.com recomiendo visitarlo,
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Todos estuvieron muy ocupados esos días, además de las tareas habituales, se dedicaron a blanquear por fuera las paredes de la casa; ya habían convenido que el sábado, a la tardecita, saldrían para el pueblo a esperar a los viajeros. Zoilo propuso esperar en la ruta, cuando pasaran por La Vega; pero Rosario dijo que tal vez la señora iba a querer que Clarita la ayudase a desempacar y a realizar algunas tareas en la casa…

-No, mejor vamos hasta el pueblo.

La abuela impaciente, quería esperar frente a la casa de los Azurín.
Así que salieron de La Veguita cuando todavía faltaban , por lo menos, dos horas para que el sol se ocultaran y en verano se oculta tarde en la cordillera.
Bajaron del sulky frente al chalet de los Azurin y se quedaron en la vereda, bajo la sombra fresca de los álamos que bordeaban la acequia.

Pasaron más de dos horas, el sol se ocultó y la ansiedad de Rosario fue en aumento conforme la brisa se hacía más fresca y las sombras se alargaban ganando la tarde.
Jacinta y Zoilo caminaban, tomados de la mano, hasta una esquina y la otra, luego fueron hasta el lago y volvieron.  Era casi de noche cuando escucharon lejano, en el tranquilo anochecer veraniego, el sonido de los motores, vendrían bajando la Cuesta de Los Andes; Rosario dio gracias al cielo y su corazón latió con fuerza:-¡Ya vienen! Les gritó a los otros que se acercaron y, todos expectantes, se dirigieron hacia la esquina desde donde veían completa la calle principal. A lo lejos se veían los dos faroles del automóvil rompiendo la oscuridad del entorno.

Rosario lloró al abrazar a su nieta, notó la piel de su rostro más tostada por el aire y el sol de la costa.

La señora le permitió a Clarita irse con su familia , descansar y volver el lunes; Jacinta se ofreció para ayudarla pero la señora le agradeció diciendo que todos estaban tan cansados que sólo bajarían el equipaje y se irían a dormir.

Una vez que ayudaron a los Azurin a bajar las valijas, bolsos y paquetes, Rosario y sus hijos se despidieron y partieron hacia La Veguita. Ya era noche cerrada pero, para la gente del lugar y sus caballos, no era dificultad andar por los caminos en la oscuridad;menos aun si se trata de volver a la querencia.
......................................................Continuará...............................................................................
(Relado propio iniciado el día 16/6/11 bajo el título provisorio de "Pasión Campesina".
Los hechos y personajes de este relato son ficticios, solamente es real la referencia a lugares donde se sitúa la historia.)